
Se trata del caso de Braian Hernández ocurrido en Neuquén en 2012. El policía Salas se encuentra condenado por homicidio simple y se le impuso la pena de quince años de prisión.
Se trata de la sentencia del TSJ que cambió la calificación de un caso de gatillo fácil. Casal hizo lugar a la queja. Dijo que tanto la cámara de juicio como el Tribunal de Impugnación no le atribuyeron el hecho a Salas por su «sola condición de policía», sino que tuvieron por probado el abuso funcional.
La defensa del policía condenado a perpetua por el asesinato de Braian Hernández pidió que se le revocara la medida. La fiscalía y la querella se opusieron. La jueza consideró acreditado el peligro de fuga, además de que está pronto a resolverse el recurso de casación ante el Tribunal de Impugnación.
Labate consideró que debe permanecer detenido, ya que «existen motivos fundados para temer que el imputado actúe sobre la prueba a producir en el juicio». Graciela Martínez explicó las razones por las que no puede asimilarse este caso al de la Cooperativa Obrera. Familiares del policía provocaron incidentes e intentaron agredir a los jueces.
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