Se perdió el expediente de la causa en la que condenaron a policÃas por vejaciones en la Unidad 11. Piden sumarios.
Cuando en enero pasado publicamos que la Asociación Zainuco denunció que hacÃa más de un año que no se encontraban cumpliendo la pena los policÃas condenados por severidades y vejaciones agravadas, cometidas en 2004 en la Unidad 11, pensamos (ingenuamente) que la gravÃsima negligencia (hasta entonces podrÃa sospecharse que lo era) se resolverÃa a la brevedad.
La noticia se conoció en plena feria judicial. Ningún operador u operadora sabÃa de qué se trataba. Lo asociamos con el caso de la «zona liberada» en el que una vez que se hizo pública la noticia aparecieron dos cuerpos del expediente detrás de un armario. Con esta causa podÃa suceder lo mismo.
Pero no.
Muy por el contrario se confirmó que el expediente se perdió y que se están reconstruyendo los legajos de las seis personas condenadas, dos de ellas a penas de prisión efectiva.
Es tanta la desidia, y más en un caso en el que los condenados son policÃas y las vÃctimas son presos, que es dÃficil reconstruir la escena. Si el Tribunal Superior de Justicia desestimó los recursos extraordinarios contra la sentencia el 31 de octubre de 2013 ¿Por qué recien envió el expediente a la Cámara Criminal Segunda el 8 de enero de 2014, a pocos dÃas de que comenzara la reforma procesal penal, para ejecutarla?; ¿Quiénes hicieron el inventario para mandar los expedientes de la Cámara a la Oficina Judicial no lo vieron?; ¿Y si la querella no lo reclamaba, nadie lo harÃa? (La fiscalÃa lo hizo después de que se conociera la denuncia).
Ahora Zainuco le pidió al Tribunal Superior de Justicia que inicie sumarios administrativos contra quienes considera responsables de lo ocurrido (aquàel escrito).
Todo indica que para los policÃas que cometen abusos en las cárceles habrá impunidad. Para los internos que los señalan, como Cristian Ibazeta, el costo será más alto. Lo pagarán con su vida, no tendrán inmunidad.
Por lo que se sabe y ciertamente lo dice el diario RÃo Negro, el expediente nunca ingresó a la Ofiju. Entonces, los responsables serÃan Zvilling, Dedominichi y Martini. Pero ya no están. Pasa su responsabilidad a Fuentes y Lacoste. Uno está en el MPF y la otra es una Prosecretaria. Rosenfeld ahora está peleando para que el personal entre a trabajar en horario y cumpla sus tareas (el sejun lo tiene entre cejas). Dónde está el que tenÃa que seguir el expediente (MPF)¡?, La Oficina Judicial es un ente administrativo, no jurisdicccional, por lo que mal le pueden tachar culpas, pero en este poder judicial, mejor culpar al inocente que al que sà corresponde.
Si ya esta firme la condena para que quieren el expediente? (no digo que no lo tienen que hacer aparecer detrás del armario que sea). En las Cámaras no tenÃan copias de sentencia para protocolos? Con eso se hace el cómputo de pena y ya hace rato podrÃan estar cumpliendo la condena.
Lo más grave es que si no se efectivizaron las condenas seguramente estos policÃas siguen cumpliendo sus funciones como si nada (y su salario sale del bolsillo de neuquinos y neuquinas. Por otra parte, Rosenfeld dijo que el Expte. se «perdió», no dice que éste nunca llegó a la oficina judicial (por lo que asume su responsabilidad). El TSJ es quien ejerce la superintendencia de la oficina judicial, y desde que ésto se hizo público tampoco accionó al respecto… cómplices por omisión.
A fin de informar correctamente y habiendo sido mencionado personalmente por el primero de los aquà opinantes, hago saber al público en general que el legajo al que se hace referencia en este post ha sido hallado en el dÃa de la fecha en la Oficina de Seguimiento y Ejecución Penal dependiente de la Oficina Judicial. Es decir, fue remitido a esa dependencia el 14/01/14, tal lo que correspondÃa de acuerdo a las previsiones de la Ley Orgánica de la Justicia Penal. Dicha información me fue confirmada hoy por la secretarÃa del Dr. Gastón Rosenfeld. En resumen: El legajo siempre estuvo donde debÃa estar.
Agradezco se publique el presente comentario para aclarar la situación, sin desconocer que seguramente carecerá de la trascendencia pública que tuvo la noticia de la «pérdida» del legajo, que ocupara la tapa del Diario RÃo Negro del Domingo pasado. Muchas gracias por el espacio.