Las vidas del Willy y del Gordo se cruzaron en el mismo barrio, ese que los medios gustamos llamar «violento» sin tener la más mÃnima idea de lo que estamos diciendo, sin haber pisado jamás sus calles, sin preocuparnos por conocer su historia.
Desconocemos la infancia y la adolescencia de Willy y del Gordo. No sabemos si tuvieron opciones para que sus vidas fueran distintas de lo que fueron. Sus historias se perderán para siempre, apenas quedará el paso fugaz por algún diario que no les rendirá honor.
La policÃa entra y sale de sus historias, los envuelve, los rodea, los determina. No la escuela, no un club. Sólo sabemos de ellos por y a través de su relación con la policÃa.
Cualquiera de los dos pudo haber muerto primero.
El Gordo estuvo a punto cuando lo balearon en febrero de 2013. Willy tuvo menos suerte: las balas que lo atravesaron en noviembre de ese año fueron más dañinas.
Ahora ese pedacito de sus historias se ventila en un ambiente donde cada quien cumple su rol. Está quien acusa, está quien defiende, está quien resuelve. Y estamos los medios, ávidos, listos para legitimar toda la puesta en escena.
Para que se pueda seguir diciendo, sin margen de duda, que el barrio donde se cruzaron las vidas de Willy y el Gordo son «violentos».
Cual es la relación de éstas personas con la policÃa?
Entiendo contradictorio cuestionar que se llame violento al barrio en que nacieron y vivieron Willy y el gordo, y luego proponer como hipótesis posible que no hayan tenido una oportunidad de ser distintos. A ver si me explico: acuerdo con Ud. en que es estigmatizante e infundado calificar de violento a determinado barrio o sector social sin conocer su realidad. Ahora bien, si entendemos que ese barrio no necesariamente es violento y que muchas personas (la enorme mayorÃa) que habita ese barrio es gente de trabajo que no es ni violenta, ni delincuente, ni nada por el estilo, cabe concluir que Willy y el gordo tuvieron la oportunidad de ser como cualquiera de ellos, con lo cual el conocer a fondo su historia no los exime de culpas (al menos no los exime totalmente). Con esto quiero recalcar que más allá de las obligaciones y responsabilidades del estado de combatir la marginalidad principalmente con polÃticas públicas en salud y educación y no únicamente con el accionar policial (en esto también coincido con Ud.), no podemos dar lugar a que se piense que Willy y el gordo no tuvieron otra opción más que andar de fierro y a los tiros, pues de hecho muchÃsima gente en su misma situación tomó caminos muy distintos. Conclusión: la falla del estado y la estigmatización a todo un sector social por el accionar de una parte mÃnima de ese sector son innegables, ahora la responsabilidad de Willy y el gordo en conducirse como se condujeron también. Si creemos que ellos no tuvieron nada que ver con lo que les terminó pasando legitimamos que cualquiera arregle sus asuntos a los tiros. No digo que Ud. haya dicho esto último pero es bueno aclararlo para evitar malos entendidos.
No le pinche el globo Jorge, si dijo eso que pobre gordo y willy se ven en la obligacion de ser violentos. Asà la ideologia progre justifica lo injustificable
Con todo respeto Sr. Berto antes del juicio por jurados – que veremos en que termina – también estaba quien acusaba, quien defendia, quien resolvia y el periodismo ávido por seguir el caso,bueno últimamente también estaban las secretarias/os y prosecretarias/os que le hacÃan el trabajo a quien defendÃa, a quien acusaba y a quien resolvÃa, el periodismo siempre atento.